El crecimiento de las ciudades y centros industriales en nuestro país ha traído consigo un aumento en la contaminación y por consecuencia, de las enfermedades asociadas. La salud pública enfrenta un desafío en la prevención, mitigación y tratamiento de las consecuencias que tiene el deterioro del ambiente. La Organización Mundial de la Salud, en su artículo “La Herencia de un mundo sostenible: atlas sobre salud infantil y medio ambiente” debela que entre un 11 y un 14 por ciento de los niños de cinco años presentan síntomas de asma y se estima que el 44 por ciento de esos síntomas guardan relación con la exposición a riesgos ambientales. Estas alarmantes cifras se pueden contextualizar en las diferentes zonas de Chile que están cruzadas por conflictos socio-ambientales, para ser exactos, 102 registrados por el último informe del INDH. A esto se suma los focos de contaminación que generan pugnas entre comunidades y empresas y diversas zonas de sacrificio ambiental como: Tocopilla/Mejillones (Región de Antofagasta), Huasco (Región de Atacama), Puchuncaví-Quintero (Región de Valparaíso) y Coronel (Región del Bío Bío). Dichas localidades son espacios expuestos a grados extremos de contaminación y degradación de la calidad de elementos imprescindibles para la vida humana, tales como el agua o el aire, generados por la concentración de industrias y plantas termoeléctricas. Además de la localidad de Til Til (Región Metropolitana), con más de 30 puntos contaminantes. Es producto del escenario descrito que surge la emergencia de vincular la los elementos contaminantes con las enfermedades de quienes habitan estos territorios. VIDEO DE CHILE SUSTENTABLE SOBRE DAÑOS A A LA SALUD POR CENTRALESA CARBÓN.